Forma parte del Parque nacional de los Picos de Europa, en el ayuntamiento de Cangas de Onís, el conjunto monumental de Covadonga, junto a los lagos,
Enol, Ercina y el Bricial,( aunque éste sólo tiene agua durante el deshielo).
El complejo consta de la Basílica de Covadonga, la
cueva con una pequeña capilla en su interior, algunos edificios eclesiásticos y
diversos establecimientos hosteleros.
Muy cerca de la Santa Cueva está La Basílica de
Covadonga. Construida entre los años 1877-1901. De estilo neorrománico construida íntegramente en
piedra caliza rosa, de la misma montaña de Covadonga, de ahí obtiene su característico color
rosáceo.
El nombre de Covadonga significa Cueva de la Señora,
ya que procede de la expresión latina Cova Dominica, la cual se ha ido transformando hasta llegar a
la palabra actual: Covadonga. Aunque también se baraja la posibilidad de su origen
celta, con el significación de "la
fuente de la cueva”, como segunda posibilidad.
Primitivamente, la capilla de la Santa Cueva era de
madera, hasta que en el año 1777 se produce un incendio en el cual se pierde la
imagen de la Virgen, joyas, cálices y todas las pertenencias que en ella se
encontraban.
La imagen que actualmente hay, es del S.XVI y ha
sido donada por el Cabildo de la Catedral de Oviedo en 1778 como compensación a
la perdida de la imagen primitiva.
También en la Cueva podemos encontrar a la derecha,
poco antes de la imagen de la Virgen, el sepulcro de D. Pelayo. Aunque éste fue
enterrado en una parroquia cercana llamada Santa Eulalia de Abamia,
posteriormente sus restos junto con los de su mujer Gaudiosa y su hermana fueron
trasladados a la Santa Cueva, por orden de Alfonso X, según indica el cronista Ambrosio de Morales.
Algo más escondido se encuentra el sepulcro de D.
Alfonso I, sucesor al trono tras la muerte de Favila, y su mujer Hermelinda
(hija, de D. Pelayo y hermana de Favila).
Algo más escondido se encuentra el sepulcro
de D. Alfonso I, sucesor al trono tras la muerte de Favila, y el de su mujer
Hermelinda (hija, de D. Pelayo y hermana de Favila).
La
leyenda cuenta que tras la VICTORIA DE COVADONGA
en el 722 Pelayo elige como capital
del reino Cangas de Onís, para aprovechar el existente poblado romano.
Entre sus sucesores está Alfonso Ide Asturias, que aumentó las fronteras del reino y repobló con gentes
cristianas de la meseta zonas de Asturias.
En lo referente a Covadonga fue Felipe III,quien comienza a transformar el Real Sitio,
realizando obras de importancia en la cueva, mas a consecuencia del incendio se
perdieron todas las reliquias.
Este incendio acarreará algo providencial, que Carlos III se preocupa por el Real Sitio y realizará una serie de obras y proyectos, como fueron la construcción de un nuevo templo y mejoras en las comunicaciones trayendo todo esto un comercio mucho más vivo lo que dará un empuje a la vida del concejo.
El Parque
del Príncipe es un exquisito pulmón en el corazón de Covadonga donde podrás
caminar y relajarte, comienza el
recorrido con dos colosales leones sedantes como apertura del recorrido; por
cierto estos procedentes de Parque de “Pasatiempo”, en Betanzos, A Coruña.
una de las maravillas que descubrirás será una
cascada que hay justo en los aledaños de la gran peña en la que se ubica la
Basílica.
El salto de agua es sorprendente tanto por su potencia como por su
orografía, podemos observar también La Fuente de los Siete Caños.
También
conocida como Fuente del Matrimonio, es un lugar ideal para todos aquellos que
se dejan seducir por las leyendas de amor, brota el agua a través de una cruz
de la Victoria tallada en esta pared natural, y cae sobre una pila que cuenta
con siete caños, y de los caños el agua va a una balsa de piedra.
La colegiata es un edificio de planta rectangular, distribuido en torno a un patio, con una torre cuadrada en una de sus esquinas, bóveda de crucería y coro.
Fue construida durante el pontificado del Obispo D. Diego Aponte de Quiñones (1585-1599). Del Santuario y en su claustro hay dos sepulcros de abades del S. XI. También cabe destacar un retablo barroco procedente del Monasterio de Sta. María de Valdediós que se encuentra en su iglesia con una bellísima imagen de alabastro hecha por D. José Capuz. Aunque no se visite interiormente, su exterior muestra una gran belleza, realzada ésta por escudos y una gran fuente con canapé que adorna el patio de entrada.
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