Santa María del Naranco es un antiguo palacio
situado a cuatro kilómetros de Oviedo, sobre la ladera sur del Monte Naranco. Originalmente se proyectó
como Aula Regia del conjunto palacial que el rey Ramiro I mandó construir en las afueras de la capital del reino de Asturias, y que se terminó en el año
842.
El complejo arquitectónico
al que pertenecía este edificio también comprendía la cercana iglesia de San Miguel de Lillo, erigida a tan solo cien metros de distancia. Sin embargo, a causa del
derrumbamiento de la cabecera y de parte de las naves de San Miguel, el Aula
Regia fue transformada en iglesia, probablemente durante el siglo XII, pues
la crónica silense de 1150 ya lo registra como templo de Santa María.
El edificio se ubica en la ladera meridional
del Monte Naranco donde existía un bosque en el que abundaba la caza. La ausencia de un ábside destinado a contener el
trono del rey hace pensar que el edificio hubo de tener carácter de palacio de
campo o residencia real dedicada al ocio.
Arquitectura
Tiene una planta rectangular
de 21 metros de largo por 6 de ancho, y está dividida en dos pisos, con una
altura total de unos 9 m,3 resultando una planta
bastante alargada. En sus lados mayores existen dos salientes de los cuales el
del lado norte corresponde a una escalera de dos tiros por la que se accede a
la planta superior.
La planta baja consta de un
amplio cuerpo central cubierto de bóveda de cañón recorrido por arcos fajones
que descansan directamente sobre el muro. Fue posiblemente utilizado como
oratorio palatino, aunque se especula con que se tratase de una cámara regia
donde se recibiese audiencia, esta teoría se apoya en la bancada que recorre
las paredes, y está flanqueado por dos cámaras laterales con cubierta de
madera. De estas cámaras laterales la del lado este comunica con el cuerpo
central y tuvo funciones de sala de baño (interpretación controvertida) o
aljibe, conservando su pila, donde se realizaban rituales de exaltación guerrera
en las campañas militares., se celebraba un ceremonial cortesano de marcado
carácter religioso.
En este ceremonial, el rey y
el obispo accedían al piso inferior del aula, donde el prelado sumergía al rey
en la piscina ritual con agua bendecida, para que recibiera el baño litúrgico.
Después se le secaba y se le colocaba una túnica blanca. Posteriormente, el
obispo, el rey y sus acólitos accedían al piso superior.
La del lado oeste solo es
accesible desde el exterior, desconociéndose su función, pudiendo haber acogido
una garita.
La planta superior fue
planta noble, presentando una distribución similar a la de la planta baja. La
gran sala central, rectangular y cubierta por bóveda de cañón peraltada
atravesada por seis arcos fajones que se apoyan en ménsulas. Está recorrida en
sus lados mayores por una arquería ciega que se apoya en dobles columnas de
fustes sogueados de origen celta. Se encuentra flanqueada en este caso por dos
miradores o tribunas también cubiertos con bóveda.
Al exterior, en sus lados
mayores, son visibles los contrafuertes que se corresponden con los arcos
fajones interiores.
En los lados menores la fachada se estructura
en tres pisos, correspondiendo el central a la planta noble, cuyos miradores se
abren al exterior mediante tres arcos de medio punto peraltados, en los que el
central es ligeramente mayor. Este mismo esquema, a una escala mucho más
reducida y estilizada, se repite por encima de ellos, formando el ventanal de
dos cámaras a las que no existe acceso excepto con la ayuda de una escalera y
su utilidad era de guardar el tesoro noble
Principalmente el material
utilizado es el sillarejo, estándar en el arte asturiano.
Se trata de relieves muy planos, de gran
esquematismo y geometrización, mientras que su iconografía y estilo es
relacionable al mundo anglosajón y celta, aunque también al ámbito oriental
(arte persa y bizantino).
Concretamente, en las enjutas de los arcos se
colocaron discos conformados por dobles sogueados, maraña de tallos y figuras
de animales. Encima de éstos se dispusieron frisos rectangulares de orientación
vertical cuyos relieves muestran arcos que cobijan guerreros a caballo en
actitud de aclamación.
En consonancia con la entrada al piso superior con
una escalera y el recinto a modo de capilla, hay en el piso inferior dos
recintos, uno a modo de entrada y otro donde había una pequeña piscina ritual,
con restos de unos desagües, ya que se rellenaba en cada rito que se hacía,
respectivamente.
A la estancia del piso inferior que contenía la
piscina se accedía por una puerta.
Uno de los hechos destacables de la disposición en
dos pisos de este edificio es la falta de una conexión directa entre ambos por
el interior.
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