SANTO ADRIANO DE TUÑÓN, SANTO ADRIANO.





El templo de San Adriano de Tuñón, es un edificio que se encuentra en la parroquia asturiana de Tuñón, en el concejo de Santo Adriano


Fue declarado Monumento Nacional el 4 de junio de 1931.


El edificio pertenece al periodo postramirense del arte asturiano, fue erigido por Alfonso III el Magno y su esposa Jimena el 24 de enero del año 891 consagrado por los obispos de Coímbra, Iria Flavia, Astorga y Oviedo.
Dedicado a los mártires Adriano y a su esposa Natalia, cuyos restos se encontraban en León.


Es una iglesia visigoda de planta basilical de tres naves dividida por pilares que recuerda a San Salvador de Valdedios, pero en la actualidad sólo se conserva la nave del lado sur, dedicada a sacristía, de las dos originales, pues se cree que la otra, fue derribada para construir el cementerio.


 La iglesia, es de mampostería de  sillarejo y  sillar en las esquinas, es de planta rectangular con tres naves separadas por arcos de medio punto que se apoyan en pilares cuadrangulares de piedra y sin capiteles. Estas naves están cubiertas por techumbre de madera a dos aguas.


En el testero de la iglesia encontramos una ventana ajimezada de dos vanos separados por una pequeña columna central. Esta ventana es la que permite la iluminación de la cámara supraabsidial, o cámara del tesoro, tan típica del arte asturiano. 


Como dato curioso podemos decir que al contrario de lo que ocurre con el resto de las iglesias asturianas, esta cámara dispone de comunicación con el interior de la iglesia,


 pero se considera que esta abertura es consecuencia de alguna de las reformas posteriores.


Los ábsides están cubiertos con bóvedas de medio cañón.

Sobre estos pilares hay arcos de medio punto que sostienen cubiertas planas de madera.


 Hay tres capillas en la cabecera adosadas. Se utiliza el ladrillo para las roscas de los arcos. Para los ángulos y para el resto se usa mampostería.


 En cuanto a los edificios ramirienses, los de este periodo, van a ser más decorados, con aderezo visigodo, geométrico y vegetal, con influencia del arte oriental.


A lo largo de la historia sufrió diversas reformas, siendo la primera en 1108, tal y como se puede ver en una lápida que se encuentra encajada en el muro sur de la nave mayor.


Entre los siglos XVII y XVIII se añadió una nave que prolongaba las originales y se construyó la actual espadaña y el imafronte.


También fueron notables las reformas entre 1949 y 1954 dirigidas por Luis Menéndez Pidal, que redescubrió sus pinturas murales, entre las que destacan las de la capilla central con alegorías al Sol y la Luna. La última vez que se actuó en la iglesia fue durante los años 80 del siglo XX.


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